anacronismo - significado y definición. Qué es anacronismo
Diclib.com
Diccionario en línea

Qué (quién) es anacronismo - definición

INCONSISTENCIAS CRONOLÓGICAS
Anacrónica; Anacrónico; Anacronica; Anacronico; Anacronismos
  • mensáfono

anacronismo         
sust. masc.
1) Error que consiste en suponer acaecido un hecho antes o después del tiempo en que sucedió, y por extensión, incongruencia que resulta de presentar algo como propio de una época a la que no corresponde.
2) Antigualla, mueble o traje pasado de moda.
anacronismo         
Sinónimos
sustantivo
anacronismo         
anacronismo (del gr. "anachronismós") m. Cualidad de anacrónico. Cosa anacrónica: "Una película llena de anacronismos". Paracronismo. *Equivocación.

Wikipedia

Anacronismo

Un anacronismo (del griego ἀνά ‘contra’ y χρόνος ‘tiempo’) se refiere a algo que no se corresponde o parece no corresponderse con la época a la que se hace referencia. Por ejemplo, si en una obra de teatro que se desarrollara durante la Antigua Roma apareciera un personaje usando una computadora, esta última sería un anacronismo.

Hay dos tipos de anacronismos: paracronismos y procronismos. El paracronismo consiste en situar hechos, personajes o elementos del pasado en una época posterior, como por ejemplo un carruaje de caballos circulando por una autovía. El procronismo consiste en colocar hechos de una época posterior en una anterior, por ejemplo el Cid Campeador llevando un reloj de pulsera digital. Los anacronismos pueden ser reales o ficticios, y si son ficticios intencionados o no intencionados.

Ejemplos de uso de anacronismo
1. En su apuesta por el anacronismo, la seda y el terciopelo bordean la caricatura dandi.
2. Y tal fe en su propia leyenda explica su capacidad de riesgo y su voluntad de anacronismo.
3. Hace unos años, era un tópico ver la creación a medida como un anacronismo con escaso futuro.
4. No faltaron las voces críticas ante la orden de inmovilidad, considerada por muchos un anacronismo, e inició un pequeño debate sobre las libertades civiles.
5. Criticarle por ello sería un anacronismo además de una injusticia, pues, como todo buen abogado, Lemkin sabía de sobra que, para ganar su caso, debía presentarlo selectivamente.